Y es que más que una simple oportunidad para la diversión, el juego es cosa seria en lo que respecta a la salud y el desarrollo de un niño. Desde el "no está... ¡acá está!", hacer algún tipo de destreza con las manos y las escondidas hasta la rayuela (también conocido como mundo o avioncito en muchos países), las muchas formas de jugar enriquecen el cerebro, el cuerpo y la vida del niño de maneras muy importantes.
"El juego funciona como eliminador del estrés tóxico"
Además de fomentar la salud y el desarrollo de un niño, el juego ayuda a fomentar relaciones seguras, estables y provechosas que protegen contra el estrés tóxico y generan la resiliencia socioemocional. La alegría mutua y la interacción cara a cara que ocurren durante el juego pueden ayudar al cuerpo a manejar el estrés.
En un estudio, los niños de 3 a 4 años ansiosos debido al ingreso al preescolar tenían el doble de probabilidad de sentirse menos estresados si se les permitía jugar durante 15 minutos, en comparación con los compañeros de clase que escucharon un cuento.
Entonces, ¿Qué tipo de juego puedo incluir en las dinámicas de mi hijo?
Los niños en edad preescolar usan los objetos para desarrollar ideas y conceptos abstractos como el simbolismo, usando una banana como un teléfono, por ejemplo, además de compartir y esperar su turno.
Los juegos tales como pato-pato-ganso y la mancha (la lleva/pega pega), san miguel, encantados, entre otros, ayudan a los niños a forjar otras habilidades socioemocionales tales como la empatía, ya que los niños aprenden a tener cuidado de no lastimar a los demás golpeándolos demasiado fuerte.
El juego al aire libre es de particular importancia porque permite a los niños usar todos sus sentidos para forjar habilidades tales como la percepción espacial y el equilibrio.
Recuerda, ofrecer a su hijo muchas oportunidades para jugar es una de las mejores maneras de ayudarlo a crecer y a convertirse en un adulto curioso, creativo, sano y feliz, equipado con las habilidades necesarias para nuestro mundo actual.